15 de julio de 2012

RUTA EL CARES




El jueves día 12, nos fuimos a la Ruta del Cares, un seleccionado grupo de montañeros, como son: mi hermano Vicente; su amigo Javi; Miguel Ruisoto de Sancibrian; Antonino Rodriguez Paul de Liencres; mi amigo Manolo Diego; su hermano Florindo con su hija Lucia, quién nos ha dado una lección con su comportamiento.

Fuera de mis normas, se salió tarde de Santander, para llegar a Poncebos sobre las 9,30 h. de la mañana y tras aparcar los vehículos, iniciamos esta clásica Ruta.

Que mejor, que volver a escribir, lo que hace años lo publique en una de mis anotaciones del libro "nuestras excursiones".

El Cares que durante unos 10 km. entre Caín y Puente Poncebos se filtra materialmente por la gigantesca rendija que él mismo ha excavado y que deslinda los Urrieles del Cornión, que aquí casi se tocan. Se trata de la famosisima e imponderable Garganta del Cares. Para el Marqués de Santa María del Villar, que la bautizó como "Garganta Divina" hace ya muchos años, denominación que ha adquirido carta de naturaleza, se trata de "unas de las más grandiosas gargantas que existen en el mundo y con unas coloraciones increíbles". Victor de la Serna considera "la alucinante Garganta del Cares, sin duda alguna el espectáculo geológico más impresionante de la Península Ibérica". Por su parte, el gran geólogo Francisco Hernández Pacheco asegura que "raras rarisimas, serán las gargantas en todo el mundo que superen a ésa en tan colosales dimensiones". Y José Ramón Lueje afirma que es "La Garganta suprema de continuado espectáculo de asombroso ver, contemplar y admirar".

La Garganta se encuentra flanqueada a su izquierda con los murallones del macizo Central desde las Torres de Recidroño y Trave hasta el murallón de Amueza y Cuetos del Albo, ascendiendo las vertientes sin solución de continuidad hasta la T. de Cerredo por la Canal de Dobresengos. Y a la derecha los abismos del Cornión entre los puertos de Ondón y Ostón con la atalaya de Cabezo Llorosos, hasta la Vega de Ario y la Torre de Jultaya.

La senda actual la construyó en la década 1920/1930 la Electra de Viesgo para vigilar el canal que horadó en la roca para conducir el agua desde Caín a Camarmeña a través de 71 túneles.

El trayecto transcurre a través de una pista por la parte alta del río, cruzando el moderno puente de Bolín, que a sustituido a otro de madera y donde en él se ven los amarres del primitivo puente de Trea, junto a una bella cascada (en esta ocasión no existe agua). Más adelante, sobrepasado el puente de los Rebecos, hoy nuevo, absolviéndose abajo destruido el puente de Trescámara, por donde cruzaba el puente antiguo "sedo", aquí es la parte más cerrada e impresionante donde apenas se percibe el río desde la senda. También a su final se introduce por una sucesión de túneles excavados en la roca y siempre rezumantes para salir al aire libre cerca de la Canal de Dobresengos. 

Comenzamos por una suave pendiente para ascender unos 250 m. que es la parte más alta del recorrido y conocida como "Los Collados" a 500 m. Desde aquí podemos contemplar lo espectacular de esta ruta y  bajar rápido en sucesivos zig-zags por piedras sueltas, hasta llegar al lugar denominado el Culiembro. El camino prosigue para entrar definitivamente a la angostura garganta entre encajonadas murallas y laderas formadas de barrancos y crestas verticales. 

Nos introducimos en una zona de mayor vegetación y donde ya empezamos a observar el canal de agua que fué construido entre los años 1945 a 1950. Como encontrarnos con unos personajes simpaticos y agradecidos, las "cabras".

En esta senda  nos viene sorprendiendo  las excavaciones de pequeños túneles en la roca, más adelante nos acercamos a la divisoria de las tierras asturianas con las leonesas, hasta llegar al primero de los puentes, el de Bolín.

El próximo que nos encontramos es el de Los Rebecos, aquí como era de suponer reunión de todos para captar la foto de recuerdo.

Llegamos al lugar que por desprendimientos de piedras había dejado la senda cerrada. Aún están de obras y gracias que han podido abrirla para los senderistas. Sitio que estaba deseando llegar para conocer como habían dejado arreglado este problema.

Proseguimos para llegar a los continuados túneles obscuros que se encuentra cerca del puente de la presa, donde se toma el agua del canal de la Central térmica.

Hemos procurado andar suave, pues el objetivo era de disfrutar y contactar con la naturaleza, por un camino cómodo y fácil, accesible a todas las personas.

Durante este recorrido, podemos afirmar que todo lo que se ha dicho de esta maravillosa y gigantesca grieta, son cierto y que nos encontramos en unos de los parajes más bellos conocidos por nosotros.

Tendría que destacar como un atractivo más en la ruta, La Canal de Culiembro, la Canal de la Raiz y su continuación con la Canal de Piedra Bellida, la Canal de Trea, la Canal del Agua y como no, la larguisima Canal de Dobresengos. Estas canales son bien conocidas por los montañeros, al tratarse de montaña alta por sus grandes dificultades y todas descendienden a ciertos lugares de la senda.

Llegar a Caín, me recuerda el puente rústico y tradicional a su paso hacia el pueblecito, todo un recuerdo nostálgico.

Caín, es hoy un pueblo renovado de aquél pintoresco con sus callejuelas, rincones interesantes, chozas y cabañas con sus tejados de heno, ahora existen restaurantes con sus menús (11 euros) y hasta tienda de regalo para recuerdos.

Tras comer nuestros bocadillos, regresamos por el mismo trayecto que habíamos venido, que hace un total de 24 km. y que procuramos ir a un paso más ligero para llegar lo más pronto posible.

Dando finalizado esta preciosa excursión, terminamos en Arenas de Cabrales, con la sidra, cafés y el capricho de alguno en pedir chorizo a la sidra.

Me ha encantado ir con mis amigos a esta excursión, tenía muchas ganas, primero para recordarla dado que hacía muchos años que no volvía y también para comprobar las obras iniciadas en recuperar el paso que hace unos meses, unos desprendimientos de piedras, habían cortado la senda y era imposible pasar.


 
Hoja del Diario Montañes sábado 30.6.2012

El día 17 de abril un desprendimiento partió por la mitad este emblema del senderimos en los Picos de Europa y desde entonces cientos de aficionados cántabros a las caminatas han  visto frustrados sus planes de completar el recorrido. Un desplome de mil toneladas de rocas ocurrido hace dos meses y medio se llevó por delante todo el ancho de la senda a lo largo de quince metros en la zona conocida como La Madama de la Huertona.

Para llevar a cabo la reparación, lo primero fue trasladar al lugar las piezas destinadas a construir la pasarela, siendo necesaria la utilización de un helicóptero y caballos. Ahora, ya está construida la estructura metálica que soportará la pasarela, se han fijado los anclajes a la roca, se han colocado las correas y se han cosido al armazón las vigas principales.

Toda esta base servirá para sostener el entarimado de madera sobre el que caminarán los excursionistas a lo largo de estos quince metros.

Por fín han abierto la zona y esta senda más celebre de los Picos de Europa regresará a la vida y, si se repite la situación de cada verano, volverá a estar atestada de gente, se estima que casi medio millón de visitantes acuden cada año a esta joya de la montaña asturiana-leonesa.



 
No cabe duda que esta senda tan conocida y que todo el mundo intenta realizar, es una maravilla poder visitarla.

Lucia, que bien nos lo hemos pasado, a pesar de los "carrozas" de compañeros, ya unos con los 60 años pasados y otros cercano a ellos.