7 de noviembre de 2013

OLEAJE



 






  
 
  




Estos días ha existido un gran temporal de mar, con olas de gran tamaño. Merecía la pena acercarse a la costa para verlo.

He estado en la playa del Camello, el mejor sitio para contemplar este impresionante espectáculo que es la mar embravecida y con fuerte oleaje de fondo.

Mi amigo Enrique, estos días ha publicado un poema de Gerardo Diego, ahora lo hago yo con otro poema del poeta José Luis Hidalgo.

 

SOBRE la arena nadie,

Nadie sobre las olas.

El faro de salitre

pasaba ya sus hojas

 

El mar, a lentos golpes,

borraba los perfiles

y quitaba las huellas

diluyendo los límites.

 

La playa estaba sola;

ni penas, ni alegrías.

y la tarde muriéndose

sobre la barandilla.

 

Sobre las barandillas

rectas en líneas puras,

sin brazos y sin piernas

que quiebren su hermosura

 

Las olas saltarinas

con vocación de comba,

niñas sin pauta fija

destrenzaban las rocas

 

La luz no se evadía

saltando el horizonte;

se dormía en el aire

esperando la noche.

 

Y Piquío, el Casino

y el Hotel: fijas sombras

pintadas sobre el verde

crepúsculo en penumbra