21 de agosto de 2014

AGUILAR DE CAMPOO


















Otra nueva excursión fotográfica con destino al pueblo de Aguilar de Campoo.

Ha sido el 19 de agosto y preparada por nuestro amigo Nacho, quien mejor conoce los alrededores de nuestros vecinos palentinos.

El objetivo era los campos de girasoles que por estas fechas se encuentran en su esplendor.

La primera parada fue aparcar en uno de estos campos, para hacer ya las primeras fotos.

Son fechas que los campos de Castilla se tiñen de amarillo con el girasol. 

Esta planta que cautivó con su belleza a los españoles que la descubrieron en Sudamérica, a Vicent Van Gogh y a todos que recorren las tierras de Valladolid, Palencia y León.

Estoy de viaje por esta Tierra de Campos quemada por el sol del estío. Después de la siega aparecen zonas intensas de cultivo de girasol que brillan de tal manera que me atraen cual sirenas homéricas. Desde la carretera no es que se vean, se imponen con elegancia y dulce altivez y es imposible resistirse a ellos. Uno se ve impelido a salir de la autopista y a buscar alguna pequeña carretera que nos lleve a ellos. No son campos de un suave y melancólico color dorado que a veces adopta, en determinados lugares y épocas del año, la Castilla del cereal (" Castilla fue siempre, por la Virgen de Agosto, una extensa e inconsútil lámina amarilla -de un amarillo desgastado y polvoriento- de matizadas gradaciones, apenas quebrada, en lontananza, por la línea gris-azulada de las colinas", escribía Miguel Delibes a finales de los ochenta), sino que crean un sorprendente y fresco impacto del color amarillo más brillante y cálido que la naturaleza ha sido capaz de crear.

Hay una frase: "Como sabes, el girasol me pertenece de alguna manera", de Van Gogh.

La segunda, fue visitar el castillo de Aguilar de Campoo y concretamente el templo de Santa Cecilia, original y de gran belleza, con torre románica del siglo XII. En su interior se conservan primorosos capiteles iconográficos.

Se encuentra situada en la falda de la Peña Aguilón, al pie del Castillo, fue declarada Monumento Provincial Histórico Artístico en el año 1963.

Se compone de tres naves, una central y dos laterales y es considerada la primera iglesia románica palentina de tres naves cubiertas con techo de madera. El elemento más llamativo y característico de su aspecto, es su torre prismática, a la que se tiene acceso desde una escalera interior.

La fase de construcción más antigua del templo, data del siglo XII y de ella solo se conserva la torre y el presbiterio central. En el siglo XIII fue ampliada a tres naves, forma que se conserva actualmente. La última fase construcción, hecha en los siglo XVI-XVIII, fue en la que se reedificó el ábside central actual.

En los años 60, se realiza la última restauración del templo, fecha en que la que también se arregló todo el entorno del edificio.

La estructura de la iglesia de Santa Cecilia, levantada en arenisca (excepto la cabecera, que es de sillarejo), es de tres naves, cada una de tres tramos, diferenciadas por arquerías apuntadas; la cabecera es rectangular y el ábside de la nave central es el de mayor tamaño; el de la nave del evangelio es pequeño, trapezoidal, mientras que el de la nave de la epístola se levanta sobre el cuerpo inferior de la torre. La nave central presenta techumbre de madera. El ábside, de construcción postmedieval, sustituye al originario semicircular románico, pero conserva el arco medio punto que en el exterior se muestra como dos contrafuertes angulares.

En el exterior la torre es el elemento más llamativo de la iglesia. Es de planta cuadrada y se articula con impostas con molduras en los tres cuerpos que presenta.

La torre data de finales del Siglo XII, al igual que el presbiterio del ábside central, ambos correspondientes a la fase más antigua de la construcción de la iglesia.

En la fachada sur se abre la portada, avanzada y cubierta por un tejaroz con canecillos, la cual, salvo la parte superior, correspondería al siglo XIII. Es apuntada, con cuatro arquivoltas que descansan sobre ocho columnas acodilladas, apoyadas en basas bastante simples. Los capiteles están decorados con motivos vegetales. Esta aparente simpleza de los capiteles de la portada constrasta con la magnífica decoración del interior.

En el interior la figuración es interesante no sólo por la iconografía representada sino por la espléndida calidad de las tallas, realizadas por maestros escultores. Casi todos los capiteles presentan escenas agrupadas de tres en tres. En uno aparece el Sacrificio de Isaac, la Venta de José y lucha de guerreros. En otro un animal diabólico acosando a un personaje, guerreros en fila y lucha de guerrero con cuadrúpelo. Sin embargo, el capitel más interesante de toda la iglesia y sin duda uno de los mejores románico castellano corresponde a la escena de la Matanza de los Inocentes; este capitel muestra, en una única escena, a Herodes rodeado por soldados vestidos con cota de malla durante la matanza de los niños; tras los soldados aparecen madres llorando y con las manos en los oídos para no escuchar los lamentos; es posible que el maestro de la Matanza de los Inocentes haya realizado alguno de los capiteles del claustro del Convento de Santa Maria la Real de Aguilar de Campoo. Otro capitel muestra un animal fantástico que aparece alanceado por un caballero armado a pie y con escudo.

Es de destacar la pila de bautizar del siglo XII, además de existir otra pila de un  siglo posterior.






La tercera visita, fue al paraje de Las Tuerces, situado en una meseta caliza donde la erosión ha dado lugar a formas caprichosas y retorcidas que inspiran nuestra imaginación y nos invitan a perdernos entre sus callejones horadados en la roca.

Para llegar a este sitio, tuvimos que recorrer por encima del manantial, ascendiendo por la empinada senda que nos adentra en la misma meseta. Únicamente accesible para vehículos todo-terreno.

En la primera parada, pudimos contemplar las maravillosas vistas que teníamos a nuestro alcance; al fondo divisamos el Espigüete y el Curavacas de la Montaña Palentina y también se domina el valle de Aguilar.

Siguiendo más arriba y hasta donde el vehículo pudiera llegar, nos adentramos por los callejones labrados en la roca y terminamos en la explanada de Peña Mesa, el lugar más representativo de este lugar y uno de los más espectaculares que podíamos encontrarnos.

Las Tuerces configuran un peculiar enclave paisajístico, resultado de los activos procesos de disolución llevados a cabo por la erosión de origen kárstico en las rocas calizas del Cretácico Superior.

Esta erosión ha dado lugar al magnifico "Cañón de la Horadada" conocido como el "Colorado español", que se puede observar perfectamente desde el Monte Cildá.

Se encuentran situadas en las estribaciones más occidentales de los Páramos de la Lora, en la zona de contacto entre los relieves de la Cordillera Cantábrica y los materiales sedimentarios de la Cuenca del Duero.

Las Tuerces forman un auténtico laberinto en el que se alternan grandes bloques de formas caprichosas.

Gigantescas setas pétreas, puentes y arcos naturales, cerrados callejones y umbrías covachuelas dan lugar a un encantado paisaje que invita al tranquilo paseo y a la contemplación.

Este espacio natural esta Declarado Lugar de Interés Cultural.

Tras un día fantástico, del que hemos disfrutado muchísimo, que mejor, terminarlo con una buena comida.

Dejándonos guiar por nuestro amigo Nacho, conocedor de estos lugares, de las rutas y de su gastronomía, nos llevó al pueblo de Villallano.

En este pueblecito de pocas casas, pocos habitantes y mucho silencio, se encuentra el restaurante Ticiano.

Entramos sorprendidos en el restaurante, por su elegancia interior y la atención que tuvieron en recibirnos.

Este restaurante tiene mención en la Guía Michelin de los años 2.011, 2.012 y 2.013.

Fue una excelente comida. Salimos muy contentos y tomando nota en nuestras agendas de este restaurante.

En esta ocasión, aprovechamos para celebrar el cumpleaños de Felipe, quien nos dijo que había cumplido unos "Taitantos"...... años.

Celebración con vela y cantando el "Cumpleaños Feliz", ante la sorpresa del resto de  comensales.





La ruta que hemos realizado no figura en la "Guía Turística" de Palencia. Esta, ha sido diseñada personalmente por Nacho, donde se extiende a la naturaleza, paisaje,  botánica y gastronomía.

Personalmente me ha impresionado mucho conocer estos lugares , donde he conseguido bonitas y espectaculares fotos.

Pero mi mayor alegría, ha sido localizar unas mariposas de distintas especies que desconocía y de gran belleza.