7 de enero de 2015

LA VIJANERA 2015













El primer domingo del año, es cita obligada  acudir a la fiesta de la Vijanera, en Silió.

Este año 2015, me acerqué acompañado de mi hijo Diego, que acudía por primera vez a ella y de mi buen amigo, Felipe, como venimos haciendo durante muchos años.

Esta Fiesta es de Interés Turístico Nacional y socio elegido de la más importante Red Ibérica de las Máscaras, precursora de la declaración de estos ritos como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Es el día perfecto para iniciar el año y conocer de cerca una de las fiestas más antiguas de Cantabria, que se enmarca en la recuperación de ritos ancestrales, basados en el tránsito entre el año viejo y el nuevo, la fuerza de la Naturaleza y el respecto por el entorno.

"Un ritual en el que se entremezclan creencias y costumbres que se han ido sedimentando a lo largo de miles de años", así lo explicaba  César Rodriguez, uno de los responsables de la Asociación Cultural de Amigos de la Vijanera, organizadora de la fiesta. 

Es una fiesta que ha pervivido a lo largo de los siglos, diferenciada del resto de mascaradas por la variedad de personajes, de simbolismos que entraña cada traje y cada máscara, a cual más llamativos.

La fiesta da comienzo a la madrugada donde se empieza a oír el sonido de los campanos por todo el pueblo y la primera procesión, ésta más íntima, la de vijaneros acercándose a la sede de la asociación a cumplimentar sus vestimentas.

Al mediodía sobre las 12 h., comenzaron a lanzarse los cohetes y como si se tratarse de una estampida los integrantes de la comitiva que parten de las antiguas escuelas se abrieron camino entre la multitud de miles de personas que se encontraban cerca de la Iglesia.

Al mismo tiempo parten la otra comitiva y el rito de cazar al Oso que desciende desde Santa Marina. La bestia se resistió, pero nada pudo hacer ante la acometida de los zarramacos, ahuyentado males con campanos y capirotes.

Se unen ante los santos San Facundo y San Primitivo, para dirigirse hacia la Raya, el límite con el barrio de Santián. Un maestro de ceremonias, especial, el Danzarín negro, el Zorromoco, hizo la esperada pregunta "¿Qué queréis, guerra o paz?" dirigiéndose a unos invisibles enemigos, recreación de tiempos en los que las vijaneras se enfrentaban en las fronteras de cada pueblo.

Ya para terminar, se inician las secretas coplas, sátira ácida de los acontecimientos que cerraron el 2014. Sin descanso, los gritos de la parturienta alertaron de un nuevo acto, el parto de la Preñá.

Por último la procesión hacia la plaza de la Reguera, donde se cerró el periplo con la muerte del Oso.

Este año el pueblo de Silió descifró este domingo entre miles de personas el ADN de las mascaradas con la mayor expectativa previa y sorprendiendo a propios y extraños con la Vijanera más numerosa, espectacular y atractiva de su historia.

Todos entusiasmados con el ritual cántabro más internacional, sumisos ante una fiesta ancestral que enfrenta cada primer domingo del año a las fuerzas del Bien y del Mal en cada esquina, en cada calle del pueblo que se rinde al culto por las tradiciones, incrustadas en su código genético.

Ha sido una de las ediciones más especiales, por muchas razones, más participantes, más trajes y más máscaras.

Pero también el encuentro entre viejos y jóvenes vijaneros, retados unos y otros para beneficio de la Vijanera en comedias y coplas a cual más sorprendentes.

Como siempre es de destacar los movimientos de los zarramacos (los guerreros del Bien) custodiando al Oso (engendro del Mal), la espectacularidad de los trajes naturales, nuevos muchos, recuperados otros de ediciones más antiguas y renovados la mayoría.

La participación de muchos niños, que da la continuidad de ese ADN propio de Silió, heredando trajes y personajes, generación tras generación.

Por mi experiencia de tantos años que voy acudiendo, recomendaría a aquellos que aún no han asistido, termine por conocerla. Es una fiesta autentica, para disfrutarla y participar en ella.

Para nosotros los aficionados a la fotografía, también recomendaría varios puntos a tener en cuenta: Primero: Subir hasta Santa Marina, donde los personajes se están vistiendo y es el momento de realizar las primeras fotos. Segundo: En el recorrido de la comitiva, se debe respetar y no entorpecer los movimientos de los participantes, pero lo más importante es no pararse junto al grupo, sino salirse rápidamente después de hacer la foto.

Personalmente ha sido un bonito día, he disfrutado de una mañana agradable, he corrido muchísimo, como si fuese un maratón durante el recorrido y finalmente he conseguido hacer fotos espectaculares.

Por último, mi felicitación a la Asociación Cultural de Amigos de la Vijanera, por el éxito que han tenido en la organización y participación de este año.